Cuando reímos, nuestro cuerpo responde por medio de espasmos que revolucionan inmediatamente nuestras articulaciones, músculos y órganos de una manera tan fulminante que estallamos a carcajadas en menos que canta un gallo.
Esta risa, la risa sincera, es esencial para una buena salud, puesto que sin darte cuenta, nuestro cerebro está liberando pequeñas descargas eléctricas cargadas negativamente que un día fueron el producto de una mala experiencia, un pensamiento destructivo que ha tenido lugar en alhún momento de nuestra vida y que aún almacenábamos, aun inconscientemente.
Siempre que nos alejamos de la tentación de reírnos de los demás, evadirnos de criticar a otra persona y entender sus fallos y limitaciones como si fueran nuestras, tu risa será ecológica, puesto que generarás grandes dosis de energía propia y entusiasmo sin perjudicar a nadie.
Esta es la risa que más poder tiene en el ser humano y su consumo es ilimitado.